Editorial

A un año de ingresar al TPP11

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Como consignó DF en su edición de ayer, esta semana cumplió un año de vigencia el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11 o CPTPP), que vincula más estrechamente a Chile con la región del Asia Pacífico -la más dinámica del mundo-, con el potencial de integrarse a varias de sus cadenas de valor.

Esto, claro, además de comerciar en condiciones más favorables con los otros 11 miembros de un pacto que incluye a economías tan relevantes Canadá, Japón, Australia y México, y al que el año pasado se sumó el Reino Unido Como primer miembro europeo del bloque. Otras economías de primer orden -como China, Corea del Sur y Taiwán- también han mostrado interés por sumarse, lo que da una idea del potencial de este pacto proyectado hacia el futuro.

El TPP-11 debe ser visto como el más reciente acuerdo comercial multilateral al que se suma nuestro país, pero en ningún caso el último.

Al cabo de un año, por cierto, es imposible evaluar un tratado que, de todas formas, no terminará de implementarse hasta 2038, cuando finalmente quede libre de aranceles más del 98% de las mercancías que transan los países miembros. A partir de este año el 92,1% de los productos chilenos que van a las economías del TPP11 estaré libre de arancel, pero algunos sectores ya han visto crecer sus exportaciones en este primer año de vigencia. No así otros, que “se han visto afectados por la contracción del comercio, que a lo largo del año 2023 impactó a varias de las economías del bloque”, como concluye el análisis de la Subrei.

La tramitación legislativa fue un proceso extremadamente lento e innecesariamente conflictivo que se prolongó durante cuatro años hasta fines de 2022, a pesar de que el acuerdo había sido suscrito en Santiago en 2018. De hecho, a ratos pareció que la apuesta de Chile por el libre comercio como estrategia de desarrollo era puesta en duda incluso por sectores que anteriormente la habían apoyado (e impulsado) con mucha energía.

En un debate donde inicialmente primó la ideología antes que la política comercial, afortunadamente terminaron imponiéndose el realismo económico y una definición más certera del interés de Chile. Visto así, el TPP-11 debe entenderse como el más reciente acuerdo comercial multilateral al que se suma nuestro país, pero en ningún caso el último.

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